sábado, 28 de diciembre de 2013

Viaje al Parque Nacional Natural Tayrona en bus


Cuando uno es estudiante, por lo general, cuenta con bastante tiempo de vacaciones pero con poco dinero. Adicionalmente, se cuenta con un espíritu aventurero que llama a la exploración de los lugares a vivir experiencias únicas en estos. O al menos ese es mi caso. Quiero compartir mi experiencia con los lectores y mostrar cuán fácil es llegar al Parque en bus con precios y detalles. En la parte final pondré fotos de los lugares para no obligar a ver a quién quiere sorprenderse por la belleza sin prejuicios o para el que si quiera motivarse a ir. También pondré unas recomendaciones que l@ invito a completar en algún comentario para ayudar a los viajeros a hacer de sus paseos una mejor experiencia.

Decidí viajar a Santa Marta porque es una ciudad con un atractivo natural singular. Pero en esta entrada hablaré específicamente de la visita que hice al Parque Nacional Natural Tayrona. Sin duda es uno de los sitios más hermosos de Colombia y que no se puede dejar de visitar.

Salí desde el centro de la ciudad a eso de las 9 am. Por si alguno de l@s lectore/as se queda en Taganga o en el Rodadero, es muy sencillo coger un bus que al día de hoy cuesta al rededor de $1400 pesos colombianos para llegar hasta allí. Desde el centro, exactamente en la calle 11 con carrera 11, se parquea una buseta en horas de la mañana, que tiene rotación de cada 30 minutos y que recorre la carretera principal por la que se puede acceder a diferentes sitios turísticos como Buritaca y Parque Tayrona. Si es la primera vez que visita el lugar, le puede indicar al ayudante del conductor, que se encargará de avisarle en dónde debe bajarse. Para llegar a este destino se pagan $6000 pesos colombianos y se toma al rededor de una hora. Para ingresar al parque se cruza la calle y se pagan $14000 pesos colombianos -es importante saber que si usted es estudiante puede llevar su carné en físico  y la entrada le cuesta la mitad-.

Antes de entrar al parque le informan qué lugares puede conocer y cómo puede llegar a ellos. Le piden que firme el libro de visitas y cuando pague su entrada y reciba su manilla, le entregan un mapa.

Independientemente del sitio que decida visitar, siempre y cuando sea a pie, no le van a cobrar más. Eso si, cualquier servicio adicional tiene costo. Uno de ellos: la subida en la camioneta, que lo lleva hasta el parqueadero, tiene un costo de $2000 pesos colombianos. Allí, usted puede hacer uso de un caballo, de precios sé que un recorrido de solo ida está en promedio en $32000 pesos colombianos por persona, por supuesto este depende del lugar al que usted quiera llegar.

Yo decidí ir a "la piscina", una de las playas en las que uno se puede bañar. Emprendí el camino a pié y durante varios tramos del recorrido encontré un sendero en madera de árboles nativos y barandales que permiten desplazarse más fácilmente. El camino tiene subidas y bajadas y está señalizado hasta cierto punto. Una hora después de caminar llegué a "Arrecifes", un sitio con varias playas que tienen bandera roja, es decir, que no se puede nadar en ellas. Un letrero grande indica que más de 100 personas se han ahogado allí y aunque no hay alguna persona que le impida meterse en el mar, la cifra es intimidante. Aún así, se puede acercar lo suficiente para disfrutar del sonido de las olas y la vista.

Continuando con el recorrido, se encuentra con una planicie llena de vegetación y con sombra suficiente para no quemarse y soportar el calor del sol y de la caminata. Terminado esto, se llega al hotel, que en este momento está consecionado por Aviatur y en el que se puede llegar a acampar por valor de $19000 -no recuerdo si por carpa o persona-. Allí hay baños para los visitantes y servicio de restaurante. Al salir de allí hacia otra playa, se encuentra arena blanca que divide el lago -en el que hay cocodrilos- del mar. En esta playa tampoco se puede nadar. Por este tramo no hay sombra y se demora al rededor de 15 minutos. La guía es la playa.

Más adelante, se encuentra la primera playa en la que encontré nadadores. Hay muchas piedras y no se recomienda mucho nadar allí. Sin embargo, no está prohibido y se encuentra arena muy fina y olas suaves. El problema son las piedras. Por el camino se entra agua en los zapatos, toca subirse en dos piedras pequeñas que, como imaginará, reciben agua y se vuelven resbalosas. Al final se encuentra un "puesto de jugos", el jugo de naranja cuesta $4000 pesos colombianos y según me contó el padre de los vendedores, los árboles en los que crecen las naranjas se encuentran en el mismo Parque.

Al final del camino que inicia en el puesto de jugos, se encuentra un restaurante tradicional costeño. Se pasa y se llega a una playa pequeña, más adelante, se encuentra la piscina, una extensión generosa de playa en la que las olas son más "amigables" y se puede bañar con tranquilidad. Puede llevar un libro para leer a la orilla del mar.

Luego de unas horas de baño, emprendí el camino de vuelta, haciendo una merecida parada en el restaurante. Me mostraron los pescados -de los que recuerdo que la mayoría son pescados allá, del que estoy segura es del pargo rojo-. En mi caso pedí un pargo rojo, que decidí compartir con alguien más y que por un valor de $5000 pesos colombianos lo partieron en la mitad y lo sirvieron en dos platos con acompañamiento -arroz con coco o blanco, patacones y ensalada-. Esto costó $37000 pesos colombianos.

Continuando con el retorno, pasé por el mismo camino y al llegar al parqueadero esperé a que la van del parque arrancara para la entrada principal. Volví a pagar $2000 pesos colombianos y de la entrada caminé hacia la carretera. Allí cogí el mismo bus en el que había llegado, si usted se pierde, recuerde que está en Colombia, pregunte cómo llega a Santa Marta y alguien le indicará. Si no sabe dónde bajarse, pídale al conductor que le indique cuando llegue a su parada. El trayecto de vuelta a la ciudad también cuesta $7000.

Recomendaciones:


  1. Lleve su vestido de baño debajo de la ropa, no hay baños cómodos para cambiarse cercanos a la playa en la que se puede bañar. 
  2. Si es posible, llévese encima una salida de baño o ropa que se seque con facilidad. Será tedioso tener que esperar a que se seque el vestido de baño para poder ponerse la ropa encima.
  3. Lleve repelente y bloqueador
  4. Lleve un sombrero, preferiblemente con una cuerda que le permita resistir la brisa sin caerse.
  5. Lleve una buena cámara y un estuche que la proteja al menos un poco del agua; cuando menos lleve una bolsa para proteger el estuche de esta y sus dispositivos móviles. Es trópico y puede llover.
  6. Lleve zapatos cerrados, cómodos, que resistan tierra, barro, etc que se va a encontrar en el camino y que no se resbalen. Si prefiere no mojar sus zapatos, lleve unos que sean fáciles de quitar y un par de sandalias cómodas y "de combate" para caminar por la playa y estar expuest@ a que sus pies se mojen y les entre arena.
  7. Lleve gafas de sol, la arena de las playas es blanca y si hay mucho sol, sus ojos se tendrán que esforzar más y si sufre de migraña, su paseo se puede dañar.
  8. Lleve maleta de espalda y sólo porte lo necesario.
  9. Lleve agua porque el camino y el clima harán que su organismo se la pida.
  10. Si va a llevar un libro para leer, o incluso si se va a broncear o acostarse en la playa, le recomiendo llevar una de esas telas delgadas que se conocen como pareos. Es fácil de llevar y le permitirá acomodarse más fácilmente en la playa, además de que su maleta no se llenará de arena.
  11. Lleve dinero suficiente, según los precios que le indiqué, le recomiendo hacer la suma y calcular un 25% más para souvenirs, toures adicionales, taxis, imprevistos, entre otros.
  12. Si usted es amante del mar, lleve una careta, en "la piscina" a veces se ve vida marina.


domingo, 30 de diciembre de 2012

Viaje a Santa Marta - Bahía Concha

Esta semana tuve la oportunidad de estar en la famosa playa de Bahía Concha. Quise conocerla porque ya había tenido la oportunidad de ir a Playa Cristal, Playa Blanca y otras, y quería conocer algo diferente; además, encontré muy buenas referencias de la playa en internet.

He estado en esta ciudad en varias ocasiones y he aprendido que con los vendedores de paquetes turísticos la mayoría de los precios no son estándares, y por el contrario, son negociables.
En las experiencias que leí, un blogger (aquí el link http://bit.ly/Wcql98 ) consiguió el viaje por $30.000 pesos colombianos.

Como era de esperarse, al principio el vendedor lo ofreció mucho más caro, a $45.000 pesos colombianos; así que empezamos con la negociación o el "regateo" y accedió a dejarlo a $30.000 pesos colombianos.

Como estudiante de turismo, considero que los precios deberían ser estándares y beneficiosos, pues se presenta esta situación de, como dicen algunos, "cobrar según la cara del marrano", por lo que los más afectados son los turistas que no saben "cómo es la jugada", quienes, generalmente, son del interior y extranjeros.

Acordamos un punto de encuentro y una hora de salida -10:00 am-. Aunque hubo algo de retraso en la salida, llegamos en el tiempo esperado a Bahía Concha, eso si, después de pasar por una carretera destapada.

Justo antes de bajarnos del bus, Félix, que era nuestro guía nos ofreció un "sitio muy cómodo, conocido como Playa Alta, con una sombra bien elegante" a un precio que él aún no conocía. Nos bajamos y llegamos a tal sitio. El que lo alquilaba dijo que cobraría $80.000 pesos colombianos, que como éramos 18 solo nos tocaba de a $4.500 c/u y traería 18 sillas y en el sitio estaban montadas 6 hamacas.
...
 
Aquí se ven las hamacas que a las que el señor se refería

Pasaríamos todo el día en este lugar, pero dedicaríamos una hora para snorkel en Waikiki. El ambiente del lugar era muy tranquilo y de descanso; pasaban muchos vendedores ofreciendo diferentes productos -por ejemplo ceviche, cocadas, tinto, cerveza, gaseosa, collares, helados, entre otros- no pregunté por ninguno porque había llevado bastante líquido y algo de comida.

Más tarde, empecé a hablar con el guía y me dijo que NO tenía una Tarjeta Profesional de Guía de Turismo, lo que me hizo pensar que seguramente el no sería el único en Santa Marta que operara sin ella, lo que en este país va en contra de la Ley 1558/12 de Turismo, pero que sin duda ocurre por falta de vigilancia a la autoridad competente.

Llegada la hora del almuerzo -aproximadamente 14:30- Félix llevó la lista que había hecho con anterioridad referente a los almuerzos, cada uno lo vendió a un precio de $25.000. Sin embargo, yo llevé un sánduche que compré el día anterior en el Carulla del Rodadero, a un precio de $8.600. 

Decidí hacerlo porque en una experiencia anterior a Playa Cristal, me di cuenta de "cómo funcionaba la cosa" con lo referente al almuerzo: la señora, cuyo nombre no recuerdo, pero que atendía un restaurante llamado Mirador, me contó que los restaurantes hacían un acuerdo con los guías: mientras que estos últimos se comprometían a llevar a todos los turistas a quienes él acompañaba al restaurante, este cobraría $25.000 por plato, dejándole una comisión al guía de $10.000 y quedándose con los $15.000 equivalentes al precio real de venta de estos.

Fue así como decidí llevar almuerzo para no promover este tipo de lo que en mi opinión es una estafa, y, además, no estaba segura de poder encontrar un restaurante que cobrara un precio justo por un plato típico -más tarde me enteré de que hay dos restaurantes que venden los platos a $10.000, así que si van les recomiendo preguntar por ellos-.

Luego del almuerzo y "reposar" un poco, nos llevaron a Waikiki, es una playa muy chiquita, a la que se llega en lancha y en unos 10 minutos aproximadamente, cuando llegamos, un señor dijo: "los que llegaron háganse aquí por favor. Ustedes serán el grupo 1, ¿Grupo número qué?... ¡Ah, muy bien!... ahora todos tomen una careta, no se quiten el chaleco y vayan a donde está el señor de las gafas rojas"

Eso hice, llegué a donde ese señor y me dijo: "Ponte mejor la careta" -pues como presumí que me cobrarían por el préstamos algo adicional y, además por cuestiones de higiene, decidí comprar una el día anterior, por lo que aún no me había acostumbrado a ella-, le pregunté que en qué consistía la actividad o por dónde se empezaba y él me dijo "sabes nadar... ok, entonces empiezas por darle la vuelta a ese Coral con mucho cuidado y sigues el camino hacia la izquierda", parecía como un autoservicio, los encargados estaban pendientes, pero no daban información sobre ese misterioso mundo marino. Pasaron unos 12 minutos cuando la lancha, después de traer a otro grupo de personas, también llamado Grupo número 1, empezó a recoger a los pasajeros. Por alguna razón no había suficiente espacio y, junto conmigo 5 personas más  del grupo, no cabíamos en esa, esperamos a la siguiente. Llegamos a Bahía Concha y le dijimos a Félix que nos sentíamos insatisfechos, por lo que él arregló con el encargado del snorkel y nos ofreció ir de nuevo, con más tiempo y más dedicación, muchos del grupo aceptaron y fueron. Yo decidí quedarme en la playa y esperar el atardecer.



Mientras esperaba, hablé con uno de los "colaboradores" de Franklin y me confesó que la entrada a Bahía Concha salía a $5.000 por persona, y me habó de la existencia de los dos restaurantes que mencioné anteriormente. Adicionalmente, me dijo que muchos iban a esta playa a acampar -en temporada alta han llegado hasta 300 carpas por noche-, creo que es un dato interesante para quienes disfrutan de esta actividad.

Así las cosas, la invitación es a hacer el tour por Bahía Concha, eso si, negociando bien, teniendo en cuenta la recomendación referente al almuerzo, ir con disposición para relajarse, disfrutar mucho el viaje y, como lo dijo el mismo Franklin: "recuerde siempre que un vendedor NO le va a regalar nada".

Es un viaje recomendado, de arena blanca, mar azul, ambiente de descanso y perfecto para distensionarse solo, en pareja, con amigos o en familia. Y si no quieren hacerlo con agencia de viajes, pueden hacerlo ustedes mismos, aquí encontré indicaciones sobre cómo llegar en bus a Bahía Concha, cada trayecto por persona en bus público al día de hoy cuesta $1.200 pesos colombianos.

Por último, unas fotos más de Bahía Concha.


 
Estas "carpas" son alquiladas por un precio de $20.000 todo el día con 4 sillas


domingo, 21 de octubre de 2012

Encuentro de Facultades de Turismo y Hotelería -Melgar

En solo dos días logré ver lo que tal vez en muchos semestres no pueda.
Todo ocurrió en Melgar. Fue una agenda bastante apretada, porque repito solo duró dos días. Es mi primer "congreso" en otra ciudad, por lo que terminé bastante agotada. No obstante, valió la pena.


Todo empezó con el "Vice Rueda" -así le llamaron algunos panelistas-, mostró el capítulo de turismo en el PND y dio una pequeña, muy pequeña, introducción de su vida en el turismo -la que más tarde sería retomada por otro ponente. Luego, siguió con lo que falta en Colombia para que sea un destino de talla internacional basándose en 4 pilares: buen gobierno, pues se necesita con urgencia una mirada a la infraestructura y conectividad, que son fundamentales para el desarrollo de las vías de acceso, sin ellas no puede haber un producto turístico y por tanto, no habrá una explotación del atractivo turístico; impactos, pues hay que procurar el amortiguamiento del impacto del turismo en la población colombiana, teniendo en cuenta el corto, mediano y largo plazo; pertinencia, entendiendo que no todos los destinos tienen la misma vocación turística; y razonabilidad, de nuevo se hace referencia al producto y a la coherencia de este con el destino.

Después, los presidentes de los gremios nos dieron sus argumentos sobre la importancia del papel de ellos en el desarrollo del turismo. Al preguntarles sobre qué era lo que hacían, los invitados -Cotelco, Acodrés y Asobares- coincidieron en la representatividad y competitividad del establecimiento afiliado, porque esto le aseguraba un reconocimiento, pues es sencillo ser prestador de servicios turísticos pero, pertenecer a un gremio si tiene sus requisitos, lo que asegura que "no cualquiera sea miembro". Sin embargo, ya enfocándose en el sector de cada uno, difirieron bastante.


Más tarde, una presentación se refirió a las ventajas para el emprendimiento y la innovación en el país. Él, Fernando A Delgado, mostró que realmente hay bastantes salidas para el emprendedor, mostró cifras muy satisfactorias para el que quiera crear empresa, y habló de los ángeles inversionistas -hasta ese día me enteré de que ellos existían-. Por último, dio ejemplos de lo innovador que podía llegar a ser el colombiano y tomó una frase japonesa que reza "tarde o temprano la disciplina superará a la inteligencia". Es bastante deprimente saber que como colombianos nuestra creatividad se destaca, pero también nos conocen por nuestra falta de disciplina. La buena noticia es que la última tiene arreglo y la primera en muchos casos es casi innata y el que no "sale de la caja" no puede alcanzarla.

Ocurrido esto, pasamos a tomar un descanso para recibir la "sorpresa": el grupo colombiano "Chocquibtown" había llegado a cantar. Yo no me sabía ni una sola canción, debo aceptarlo, pero me gustó la presentación, y fue sorprendente. Hicieron un buen espectáculo, pero siento que ignoro mucho de lo que pasa en el país, había pensado que eran reggaetoneros, por eso no les había puesto atención, pero me di cuenta de que no, y escuché que las letras tienen algo de mensaje, así que tal vez empiecen a aparecer en mi lista de canciones.

Finalmente, nos dirigimos a la discoteca a una "rumba de integración" en la que se vieron bastantes caras de los universitarios, pero fue divertido, y, aunque no nos integramos realmente, tuve la oportunidad de conocer a otros de mi universidad. Los animadores eran bastante enérgicos y no sé cómo aguantaron tanto tiempo, bailando cada canción. En fin, todo terminó a las 12:40, nos llevó un bus a la zona de las cabañas, a dormir porque al siguiente día tendríamos que madrugar. Y ese fue el jueves 18 de octubre.